Archive for the ‘Transiberiano’ Category

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Emociones, fronteras y aventuras

9 diciembre 2009

Rural, aislada, arida, solitaria, congelada, entranyable, inolvidable isla… era la remota isla de Olkhon, en en Lago Baikal, que os anunciaba en la anterior entrada. Ahi tuve mi reencuentro con la tan ansiada naturaleza tras visitar una Rusia predominantemente urbana, ahi queria decirme adios el pais que me habia acogido durante el ultimo mes, y ese olvidado punto habia sido el elegido para cumplir esos 25 anyos tan particulares que espero recordar toda la vida.

De Rusia IV (Lago Baikal)
De Rusia IV (Lago Baikal)
De Rusia IV (Lago Baikal)
De Rusia IV (Lago Baikal)
De Rusia IV (Lago Baikal)
De Rusia IV (Lago Baikal)

Entre calles de tierra y casas de madera, vacas, caballos, pollos y amable gente -con la que desgraciadamente, y es la lacra que hemos arrastrado durante todo el pais, sentimiento que aun seguira por muchos meses, no podemos comunicar- llegamos al albergue de Nikita, campamento ecologico pionero en la region que esta realizando un desarrollo turistico respetando la naturaleza del lago y proporcionando una alternativa a los habitantes de la isla. Fatia, junto a Pierre y Eva (dos sonyadores que llegaron hasta alli siguiendo la via del sur, atravesando los Balcanes y Ucrania) me regalaron un precioso paseo nocturno junto a la playa congelada, una osada e improvisada escalada a una roca impresionante de supuestos poderes chamanicos, una hereje incursion a la cueva sagrada que la atravesaba, y las mas bonitas conversaciones refugiados del viento a su salida, con una improvisada botella de cognac con mucha historia, y la luna llena reflejada en el lago como escenario.

Pero ese lago aun tenia mucho mas que dar… al regresar, de madrugada, Fatima inicio uno de los regalos de cumpleanyos mas bonitos que he recibido nunca, o quizas llego en el momento mas oportuno, la cuestion es que a lo largo de todo el dia iria recibiendo mensajes de personas muy importantes (algunas de ellas realmente inesperadas) entregados ademas en los lugares mas impresionantes, lo que los convertia en aun mas especiales. A todos los que habeis hecho esto posible, mil gracias, esas notas pasaron inmediatamente a formar parte del viaje, tanto de manera fisica como de esa otra que no se puede meter en la mochila.

De Rusia III (Siberia)

El broche lo puso una tarta sorpresa hecha por el personal del campamento con una vela reciclada del cumpleanyos de Fatima, varias fotos del lago que me dio Nikita, la ultima «banya» y un paseo nocturno precioso intentando asimilar todo esto y grabarlo en la memoria. Y sin dejar el tiempo necesario a las emociones y a la nostalgia, el visado ruso -que no entiende de sentimientos- nos expulsaba del pais. Haciendo escala en Ulan-Ude (capital de Buriatia) abandonamos un pais al que entramos con precaucion y del que salimos ya echando de menos.

De Rusia III (Siberia)

Y por fin llegamos a la frontera… y la cruzamos, si senyor!! Fin del juego, con victoria a nuestro favor! Tras un mes jugando al gato y al raton con la policia rusa, cruzando las calles como hacen los peatones civilizados, procurando llamar la atencion lo menos posible (que ya es dificil) y buscando desesperadamente un sello en nuestra tarjeta de inmigracion que solo conseguimos dos dias antes de la partida, pudimos abandonar Rusia sin pagar prenda (consistente en 250 euros y problemas en solicitar nuevo visado), todo por un absurdo olvido burocratico… pero de nuevo el azar se sentia a gusto a nuestro lado.

Siempre que uno cruza una nueva frontera aflora el sentimiento de encontrar al otro lado ese pequenyo «noseque» que se esta buscando, y en la de Mongolia pude vivir eso con gran intensidad. Las estepas desiertas que se avistaban al horizonte, eran Mongolia! Y yo estaba alli!! La cima que dividia ambos paises lo cambiaba todo: el paisaje, el idioma, la gente, los pueblos… y yo, que estaba medio desprevenido, deje que ese cambio me agarrara tambien; y de pronto senti que el viaje se apoderaba de mi, y que yo tambien formaba parte de el… que en ese momento ambos eramos uno, y me susurro que lo seguiriamos siendo por mucho tiempo mas. Mientras, fuera: la nada. Una exotica y maravillosa nada, no creais. Estepas heladas y nada mas, a veces interrumpidas por una manada de caballos, pueblos nomadas de yurtas o «gers» o incluso camellos sobre la nieve. Al fondo, montanyas. Asi el bus recorrio seis, ocho, diez! horas por la unica carretera que comunidaba el norte con la capital, hasta que llegamos a Ulaanbaatar.

Ulaanbaatar es una ciudad de un millon de habitantes en un desierto pais de solo dos millones. El centro urbano esta formado de antiguos bloques sovieticos y modernos edificios comerciales, paranoicas masas usando mascarilla, hielo, imagenes que anyoran a Genghis Khan y a la epoca imperial, atascos costantes y una gran contaminacion puede ser la descripcion de un primer vistazo . La temperatura esta oscilando entre -15 grados de maxima y -25 de minima, -ahora , que  segun nos cuentan aun no ha llegado el invierno- y fuera de esas cuatro calles que pretenden formar la Ulaanbaatar moderna, se extiende la verdadera capital, esa del millon de habitantes, esa esencia rural que caracteriza a Mongolia. Asi, por las nevadas montanyas que rodean la ciudad se extienden las barriadas de gers, a imitacion de las favelas brasilenyas, en un ambiente tranquilo y familiar. Entre estas calles de tierra habitadas por los vecinos, las vacas, los monjes budistas y algun turista perdido, a veces pueden aparecer de la nada magnificos monasterios budistas y otros tesoros ocultos.

De Mongolia I
De Mongolia I
De Mongolia I
De Mongolia I
De Mongolia I
De Mongolia I
De Mongolia I
De Mongolia I
De Mongolia I
De Mongolia I

Y esta ciudad, con un fuerte sabor asiatico escondido tras el cemento y el aire irrespirable me ha retenido durante una semana, descubriendo, poquito a poco, conociendo a locales y viajeros, divirtiendome y aprendiendo. Y manyana ya le digo «hasta pronto», me marcho con un pequenyo ejercito de viajeros curiosos a la conquista del desierto de Gobi  durante la proxima semana, asi que no espereis mas noticias (lo que no implica forzadamente que mientras no podais ir escribiendo cualquier cosa que se os ocurra); pero tranquilos, que para despues de estos dias un tanto guiris donde andare incomunicado, ya he amenazado con volver, y a Mongolia todavia le queda mucho que ofrecer.

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Vivo en la via

28 noviembre 2009

(Ale, hoy dos nuevas entradas, pa’ que no os quejeis, que os tenia un poco abandonados ultimamente. Ahora viene un poco mas de rollo, lo intentare decorar con alguna foto mas en cuanto pueda, que no siempre es facil… sabeis que me encanta quejarme. Besicos!)

Estas ultimas semanas me he recordado a esa vieja cancion de nuestra adolescencia, pues con las prisas que nos mete el visado hemos recorrido en las ultimas dos semanas unos cuantos miles de Km hacia el este, desde Moscu hasta las orillas del lago Baikal, donde me encuentro ahora).

Os dejo una breve cronica de como transcurrio todo esto desde aquel ya lejano Moscu:

Si, fuimos mas fuertes que ella y al final la abandonamos, Rusia es demasiado inmensa y habia que salir, Vladimir fue la primera parada. Es una pequenia ciudad situada en el Anillo de Oro (donde estaban las capitales de la Rusia medieval), y esto viene a ser iglesias, iglesias y mas iglesias, ortodoxas, eso si, y famosas por sus cupulas doradas y/o en forma de cebolla. Alli nos alojamos en casa de Artyom, un pequenio apartamento al estilo sovietico por fuera, y tambien por dentro. Lo mejor fueron las conversaciones con su abuelo -medico retirado- y su madre (tambien miembro de couchsurfing con epicos viajes a sus espaldas por la antigua URSS en autostop). Uno de los dias los aprovechamos para visitar Suzdal -otra antigua capital con su bonito kremlin, sus muchas iglesias y sus muchos monasterios… (ah! y la medovuja: tipo de licor de miel muy valorado por los aristocratas de la epoca y por los «punkis» contemporaneos). Otra anecdota simpatica es que a partir de ahi nos hemos tenido que acostumbrar a dejar de pisar sobre duro: unicamente tenemos nieve y hielo bajo los pies, en todas sus formas, colores y grosores; ya habiamos conseguido acostumbrarnos a no ver el sol desde Lituania, y a ver como nieva en cada ciudad que visitamos… hay que seguir aclimatandonos al exotico invierno ruso.

Abandonamos la region en direccion a Kazan, primero en autobus hasta Ninzhy Novgorod, y luego por fin en ese tren que ya os describi mas en profundidad… Kazan, capital de la Republica de Tatarstan, mezcla de los pueblos ruso y tartaro herencia de la historia belica del Volga y ejemplo de convivencia para el resto del mundo en la actualidad. Su kremlin -personalmente el mas bonito e interesante de los visitados en toda Rusia- encerraba entre sus murallas varios museos, una catedral y una de las mas bellas mezquitas nunca vistas (nevada, por cierto). Por debajo hacia inutiles esfuerzos por discurrir el Volga congelado. Pero lo mejor de Kazan fue sin duda la calurosa acogida que nos brindaron Sergei y Misha, con fiesta de cumpleanios sorpresa incluida para Fatima y muy buenos momentos con sus amigos, oferta cultural y grata compania. Asi, intensamente vividos transcurrieron los dos dias que permanecimos en Kazan.

Siguiente parada: los Urales! 16 horas de tren nos separaban de Ekaterimburgo, alli nos esperaban nuestros anfitriones Sergio y Elena, dias tranquilitos en la ciuad donde asesinaron a los zares, donde vivimos nuevas y muy agradables experiencias gracias a nuestros nuevos amigos: un paseo por un bosque nevado en medio de la ciudad, con hoguera y barbacoa al anochecer, asistir y participar en clases de espaniol para rusxs, o una bonita velada en un banya contoda su familia, disfrutando de los contrastes entre el calor asfixiante de la sauna y la nieve del exterior, los azotes con ramos de abedul, la piscina y la mesa a rebosar de comida y bebida pa’ seguir soportando tal agonia… (no te preocupes, mama, nos cuidamos como ves).

De Rusia II (Volga&Urales)
De Rusia II (Volga&Urales)
De Rusia II (Volga&Urales)
De Rusia II (Volga&Urales)

La historia de Novosibirsk, a otro dia completo de viaje la acabais de leer abajo  (o deberiais, porque si no os vais a perder ; )  Asi pues, al dia siguiente,  hicimos una rapida visita en el dia a Tomsk, que no decepciono en absoluto a pesar de los esfuerzos realizados para llegar y la emocion vivida al ir 5 horas en un autobus a 150 km/h por una pista de patinaje  (evidentemente sin cadenas), y sin tiempo de disfrutarla como nos hubiera gustado, habia que coger otro tren aun mas largo hasta esta fria Irkutsk.

De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)

Algo confuso durante 35 horas de viaje, donde perdi completamente la orientacion espacial y temporal, atravesando rapidamente estepas y bosques, pueblitos de madera, dias, noches y los siete husos horarios que me separan ya de Espania; los trenes ya no eran tan «hippies» como el primero: ademas de las agradables conversaciones y buenos ratitos, tambien abundaban los borrachos lamentables, los excentricos, y generalmente ambos iban unidos, en un tren que conforme se iba acercando al Pacifico, se iba tambien semejando a un campo de refugiados.

De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)

No obstante, tantos km nos han dado una vision mas realista de estos trenes, que han constituido la esencia y los momentos mas especiales de la etapa rusa. Y ese Lejano Oriente ya no es tan lejano, ahora las epicas Mongolia y China parecen ya mucho mas accesibles que aquella Vieja Europa…

Pero Rusia aun quiere despedirse a lo grande y nos tiene reservado para sus ultimos dias el tesoro del Lago Baikal, a donde espero retirarme maniana temprano, a perderme en su gelida naturaleza, blancos bosques y blancas aguas, a reflexionar sobre los gigantes acantilados que vigilaran  las olas que el hielo consiguio detener, mientras me alegre de cumplir en ese pequenio paraiso un cuarto de siglo y piense en todo lo que aun me queda por hacer…

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Encuentros

28 noviembre 2009

Emitiendo desde Irkutsk -dia 42-

(Texto que deberia haber sido publicado el 25 de noviembre desde Novosibirsk…  mejor que nos vayamos acostumbrando cuanto antes a estas cosicas)

Son las 5 de la tarde y ya es noche cerrada en la capital de Siberia, sigue nevando sobre un suelo ya helado.

Uno de los ferrocarriles que recorren el pais llega a la estacion de Novosibirsk, de el bajan, desorientados, dos europeos cargados con mochilas.  Salen rapido de la estacion, pues hay policias pidiendo documentos y parando aleatoriamente a algunos pasajeros y no quieren tener problemas con los que afirman ser la autoridad. Pero una vez fuera, bajo la nieve,  vuelven a estar perdidos; solo saben que quieren ir a Tomsk  -pequenio oasis de tradicion, historia, cultura y casitas de madera  dentro del hostil desierto siberiano, de estepas congeladas, humeante industria y bloques de hormigon- pero tienen un problema: no hablan ruso, las taquilleras no tienen ganas de jugar a las adivinanzas, y los jovenes a los que intentan abordar para pedir informacion ni siquiera se detienen, unicamente miran desconfiados y huyen. Quieren ir a Tomsk, pero no saben como…

De repente, un joven se detiene a ayudarles, llegan a entenderse entre algunas frases aprendidas de ruso, gestos y un basico aleman, pero comprende su problema… y realmente es un problema, porque ya no salen mas trenes a Tomsk hasta el dia siguiente… autobuses, quiza. Con gestos, Vitaly les indica que suban al coche, cruzan la ciudad, llegan a la estacion, y justamente antes de comprar el anhelado billete, Vitaly se asusta de nuevo: estos irresponsables no tenian lugar para dormir, ni nada sobre Tomsk sabian, mucho menos sobre la gran Novosibirsk, se guiaban por la improvisacion, y no parecia que hasta la fecha les estuviera yendo mal…  Pero no podia ser! «No vayais a Tomsk hoy, quedaos en mi casa y maniana por la maniana os acompanio a la estacion a coger el primer bus ». Claramente los irresponsables, emocionados y con sonrisa de oreja a oreja, aceptaron sin dudar, ningun plan alternativo tenian salvo tomar un inexistente bus nocturno, o volver a confiar en la fiel aliada improvisacion.

De camino a casa, el anfitrion llamo a una amiga para que les explicara en frances que era ingeniero, tenia una tienda de animales, le gustaban los viajes y la montania… que cenarian en casa y que luego les enseniaria la ciudad; a cambio, tambien el aprenderia cosas sobre sus vidas.

Los dejo solos en su casa, duchandose y descansando mientras salia a por lo necesario para que sus invitados cocinasen esa tortilla de patatas que le habian ofrecido, ahora un traductor de internet facilitaba un poco mas la comunicacion. Tras una cena hispano-siberiana, visita intempestiva por la ciudad que incluia un pase VIP para conocer a los animales, tes, risas, una siestecica de un par de horas, y a las 6 de la maniana ya estaban en la estacion…

No, Vitaly no era de Couchsurfing aunque lo pareciese, lo que hizo el encuentro aun mas especial; pero tambien le pincho de repente esa sana curiosidad por conocer al extranio y de ayudarle. No entrare en divagaciones sobre si esto habria ocurrido o no en otros lugares, o sobre quienes y en que momentos seriamos capaces de ofrecer altruistamente toda la ayuda que este en nuestras manos a desconocidxs, lo dejo como reflexion de cada unx que le apetezca.

Escribi en su dia que las buenas personas suelen tardar en aparecer, pero siempre estan ahi y hay que ser pacientes en la espera. Esta entrada va dedicada a todxs ellxs, que ya van formando una larga lista en este corto viaje.

Gracias por intentar hacernos ser cada dia un poquito mejores.

De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)
De Rusia III (Siberia)
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En tren

20 noviembre 2009

Dia 34 / KA3AHb

Los rusxs siempre han parecido personas mas serias, disciplinadas e individuales a nuestros ojos occidentales, asi como los trenes no parecen mas que meros medios de transporte que van y vienen… y es lo suyo, lo de las apariencias, que les gusta enganiarnos.

Por ello recomiendo la experiencia: probar a echar un poco de decision y motivacion y adentrarse en uno de los trenes nocturnos que recorren el pais, aniadir generosas dosis de paciencia, predisposicion y, esencial, de ganas de comunicacion, y… hop! en menos de cinco minutos salta la magia:  Aparecen cerveza, vodka y cualquier producto comestible por varios rincones del vagon,  que pierden su propiedad privada y pasan a pertenecer a la reciente familia que se acaba de crear en ese rincon del vagon numero 3, entre seis literas y un pasillo. Aparecen sonrisas, ayuda, curiosidad, camaraderia… y poco importa que no se hable ruso, todo sirve: dibujos, gestos, una guia de conversacion, un chiquitin de 8 anios que chapurrea cuatro palabras de ingles… para que surjan conversaciones mas fluidas y dinamicas que en un talgo, un bus de ALSA o el propio canfranero. Fluidas, si, logicas, poco: me preguntan que si tengo hijos y yo les digo sonriendo y ante gran expectacion que si, que 24, habiendo entendido que tengo cara de ninio. O le dijo a una seniora uzbeka que tambien venia a Kazan para coger un avion a Tashkent que el tren es mas divertido, entre gestos y un mini-diccionario y me contesta: si, San Petersburgo! Pues vale, poco importa, cada uno nos montamos nuestra conversacion paralela, pero el buen ambiente, la curiosidad sana por conocer al «extranio» y el vodka son compartidos.

Y asi recorremos kilometros y kilometros acompaniando a un Volga helado, camino de Asia…

De Rusia II (Volga&Urales)
De Rusia II (Volga&Urales)
De Rusia II (Volga&Urales)
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Primeros pasitos

15 noviembre 2009

15 de noviembre / dia 29/

MOCKBA (РОССИЯ)

Por fin, al tercer dia de apurarla, Moscu me agoto, lo que significa que vuelvo a casa antes que de costumbre con tiempo para contar como transcurre el viaje y completar entradas anteriores y esta misma con alguna foto, bieeeeeeeennn!

El pasado domingo, no sin dificultades, conseguimos llegar hasta la frontera rusa, en aquel momento concebida como una linea misteriosa e inquietante; dejando atras Tallinn y los buenos momentos pasados con nuestra anfitriona estona Triinu. Y llegamos, de forma atipica, cutre y arriesgada, pero llegamos! Entonces solo faltaba cruzar esa linea sin problemas y buscarnos la vida para llegar en el dia hasta San Petersburgo. Refugiados del viento y la nieve en un portal de Narva, aprovechamos el momento~comida para pensar como lo ibamos a hacer, mientras la gente nos miraba por la calle con cara compasiva y un buen senior que nos llevaba observando largo rato vino a ofrecernos la solucion a nuestros -y a todos- los problemas: VODKA. Bien! estabamos en el buen camino, no podia ser muy dificil, aunque ya estuviera anocheciendo…

No eramos conscientes de ello, pero la suerte se nos presento una vez mas en el viaje: se llamaba Yuri, era un disidente politico del regimen sovietico que se exilio en Italia y estaba detras de nosotros en la eterna cola para entrar en Rusia. Nos conto su vida, nos explico la historia de esa frontera -trazada sobre un rio, con una fortaleza defendiendo cada orilla y donde el mal rollo se podia masticar en el aire- y sobre todo, nos metia prisa. Pero que agonias, que estres de hombre, tranquilizate un poco, muchacho!… nos tuvo que aflorar la vena canaria en el peor momento…  Al llegar al otro lado el transporte que imaginabamos no existia, solo habia una hoguera, gente extrania y un gran agujero espacio-temporal traspasado desde que una robusta seniora de uniforme y con cara de mala hostia nos estampara un nuevo sello en el pasaporte.  Yuri manejaba: entrabamos en un taxi, saliamos luego, corriamos a un bus, luego a una camioneta… Sin ser muy conscientes de que habia pasado, tres horas mas tarde estabamos en San Petersburgo.

Alyona, Natasha y Gonzi nos abriero de par en par las puertas de su casa y nos hicieron sentir como en la nuestra durante los tres dias que pasamos en esa ciudad. «San Petersburgo esta en Rusia, pero no es rusa» dijo un zar refiriendose a esa ciudad imperial levantada hace menos de trescientos anios, con mano de obra esclava y sobre una cienaga por capricho de Pedro el Grande. Y bueno, mi mapa tambien lo decia, estaba en Rusia entonces!! Rusia, ese enigmatico pais que recuerdo en mi infancia ver como cambiaba de nombre, de tamanio y de color constantemente, que aludian a el a menudo en noticias que no entendia, y que ahora tenia medios, tiempo, y sobre todo unas ganas locas de conocer un poco mas. Y aunque durante mucho tiempo no fue asi, me di cuenta de que ahora, ese tipo algo de razon si tenia, tras los barrios de grises y uniformes bloques-colmena, se esconde una ciudad llena de palacios construidos por arquitectos italianos rodeando los canales que forma el delta del Neva, galerias de arte y jardines franceses, conocidas empresas transnacionales «decorando» avenidas y coronando edificios y una oferta cultural que poco deberia envidiar a la de otras capitales europeas en esa ciudad que mira mas a occidente que al interior de este pais. No obstante, si se apreciaba ese toque ruso al mirar un poco mas a fondo, en el caracter de la gente, y evidentemente en la grafia cirilica que poco a poco y con esfuerzo, vamos aprendiendo.

La ciudad era un museo en si y como tal la disfrutamos, no solo el impresionante Ermitage y su Plaza de Palacio, que vio entrar a las tropas de Napoleon, lloro con la masacre del Domingo Rojo y se vengo con la revolucion del ’17, todo ahi, sin salir de ese circulo, mientras contemplaba la mayor nevada vista (por ahora). Le puso el toque de clase cerrar la noche con una opera sobre la revolucion comunista y la guerra en Ucrania en el Teatro Mariinski y se lo quito el poner disimuladamente nuestros calcetines a secar bajo la butaca mientras la soprano entonaba la Internacional. Lamentablemente no habia mas tiempo, el visado con fecha de caducidad nos empezaba a arrastrar hacia el este. Asi que tras empezar a hacer mis primeros pinitos con un ortopedico ruso, conseguimos los pasajes para un tren de noche a Moscu en platskartni o «clase dura».

Moscu, enigmatica y temida capital para occidente durante medio s. XX, cuna de drasticos cambios e incomprensibles realidades; ciudad mas cara y ostentosa del mundo que sigue venerando al camarada Lenin, donde hordas de ejecutivos enfundados en trajes te arrollan en el metro y jubiladxs sin recursos vagabundean entre el frio y el olvido, expulsados de sus domicilios por un capitalismo sin escrupulos. Mientras,  jovenes que apenas recuerdan los tiempos sovieticos, cantan al Che Guevara a ritmo de salsa. En una sociedad con herencia evidente de una educacion comunista y que aun recuerdan como racionar los recursos y arreglar manualmente lo roto, aquellos que pueden permitirselo, disfrutan irracionalmente derrochando su reciente fortuna en caros comercios europeos vanagloriandose de una coqueteria recientemente legal; asi como las iglesias ortodoxas vuelven a abarrotarse con una devocion tan exagerada que hasta las masas hipocondriacas que se pasean con mascarilla temerosas de la gripe A, no vacilan en hacer una hora de fila para besar a su estatua o cuadro favorito y contarle sus problemas…

Todo eso y mucho mas es la impresion que he obtenido de la sociedad moscovita durante los tres dias que llevamos aqui, hospedados en casa de Derik -todo un ejemplo de generosidad y confianza en la gente para la comunidad de Couchsurfing- , ademas de visitar la Plaza Roja y sus complementos, galerias de arte sovietico y moderno, catedrales, conventos, museos de historia, cementerios de celebridades rusas, mausoleo de Lenin, Kremlin, metro, bares, gente… basta!! Hoy tocaba descansar y compartirlo un poquito con vosotros.

Y ya pronto, cuando podamos librarnos de las garras de esta ciudad que nos atrapa, toca seguir, como siempre hacia el este: Vladimir, Suzdal y Kazan seran las proximas etapas antes de cambiar de continente a finales de semana.

Rusia I (San Petersburgo-Moscu)