15 de noviembre / dia 29/
MOCKBA (РОССИЯ)
Por fin, al tercer dia de apurarla, Moscu me agoto, lo que significa que vuelvo a casa antes que de costumbre con tiempo para contar como transcurre el viaje y completar entradas anteriores y esta misma con alguna foto, bieeeeeeeennn!
El pasado domingo, no sin dificultades, conseguimos llegar hasta la frontera rusa, en aquel momento concebida como una linea misteriosa e inquietante; dejando atras Tallinn y los buenos momentos pasados con nuestra anfitriona estona Triinu. Y llegamos, de forma atipica, cutre y arriesgada, pero llegamos! Entonces solo faltaba cruzar esa linea sin problemas y buscarnos la vida para llegar en el dia hasta San Petersburgo. Refugiados del viento y la nieve en un portal de Narva, aprovechamos el momento~comida para pensar como lo ibamos a hacer, mientras la gente nos miraba por la calle con cara compasiva y un buen senior que nos llevaba observando largo rato vino a ofrecernos la solucion a nuestros -y a todos- los problemas: VODKA. Bien! estabamos en el buen camino, no podia ser muy dificil, aunque ya estuviera anocheciendo…
No eramos conscientes de ello, pero la suerte se nos presento una vez mas en el viaje: se llamaba Yuri, era un disidente politico del regimen sovietico que se exilio en Italia y estaba detras de nosotros en la eterna cola para entrar en Rusia. Nos conto su vida, nos explico la historia de esa frontera -trazada sobre un rio, con una fortaleza defendiendo cada orilla y donde el mal rollo se podia masticar en el aire- y sobre todo, nos metia prisa. Pero que agonias, que estres de hombre, tranquilizate un poco, muchacho!… nos tuvo que aflorar la vena canaria en el peor momento… Al llegar al otro lado el transporte que imaginabamos no existia, solo habia una hoguera, gente extrania y un gran agujero espacio-temporal traspasado desde que una robusta seniora de uniforme y con cara de mala hostia nos estampara un nuevo sello en el pasaporte. Yuri manejaba: entrabamos en un taxi, saliamos luego, corriamos a un bus, luego a una camioneta… Sin ser muy conscientes de que habia pasado, tres horas mas tarde estabamos en San Petersburgo.
Alyona, Natasha y Gonzi nos abriero de par en par las puertas de su casa y nos hicieron sentir como en la nuestra durante los tres dias que pasamos en esa ciudad. «San Petersburgo esta en Rusia, pero no es rusa» dijo un zar refiriendose a esa ciudad imperial levantada hace menos de trescientos anios, con mano de obra esclava y sobre una cienaga por capricho de Pedro el Grande. Y bueno, mi mapa tambien lo decia, estaba en Rusia entonces!! Rusia, ese enigmatico pais que recuerdo en mi infancia ver como cambiaba de nombre, de tamanio y de color constantemente, que aludian a el a menudo en noticias que no entendia, y que ahora tenia medios, tiempo, y sobre todo unas ganas locas de conocer un poco mas. Y aunque durante mucho tiempo no fue asi, me di cuenta de que ahora, ese tipo algo de razon si tenia, tras los barrios de grises y uniformes bloques-colmena, se esconde una ciudad llena de palacios construidos por arquitectos italianos rodeando los canales que forma el delta del Neva, galerias de arte y jardines franceses, conocidas empresas transnacionales «decorando» avenidas y coronando edificios y una oferta cultural que poco deberia envidiar a la de otras capitales europeas en esa ciudad que mira mas a occidente que al interior de este pais. No obstante, si se apreciaba ese toque ruso al mirar un poco mas a fondo, en el caracter de la gente, y evidentemente en la grafia cirilica que poco a poco y con esfuerzo, vamos aprendiendo.
La ciudad era un museo en si y como tal la disfrutamos, no solo el impresionante Ermitage y su Plaza de Palacio, que vio entrar a las tropas de Napoleon, lloro con la masacre del Domingo Rojo y se vengo con la revolucion del ’17, todo ahi, sin salir de ese circulo, mientras contemplaba la mayor nevada vista (por ahora). Le puso el toque de clase cerrar la noche con una opera sobre la revolucion comunista y la guerra en Ucrania en el Teatro Mariinski y se lo quito el poner disimuladamente nuestros calcetines a secar bajo la butaca mientras la soprano entonaba la Internacional. Lamentablemente no habia mas tiempo, el visado con fecha de caducidad nos empezaba a arrastrar hacia el este. Asi que tras empezar a hacer mis primeros pinitos con un ortopedico ruso, conseguimos los pasajes para un tren de noche a Moscu en platskartni o «clase dura».
Moscu, enigmatica y temida capital para occidente durante medio s. XX, cuna de drasticos cambios e incomprensibles realidades; ciudad mas cara y ostentosa del mundo que sigue venerando al camarada Lenin, donde hordas de ejecutivos enfundados en trajes te arrollan en el metro y jubiladxs sin recursos vagabundean entre el frio y el olvido, expulsados de sus domicilios por un capitalismo sin escrupulos. Mientras, jovenes que apenas recuerdan los tiempos sovieticos, cantan al Che Guevara a ritmo de salsa. En una sociedad con herencia evidente de una educacion comunista y que aun recuerdan como racionar los recursos y arreglar manualmente lo roto, aquellos que pueden permitirselo, disfrutan irracionalmente derrochando su reciente fortuna en caros comercios europeos vanagloriandose de una coqueteria recientemente legal; asi como las iglesias ortodoxas vuelven a abarrotarse con una devocion tan exagerada que hasta las masas hipocondriacas que se pasean con mascarilla temerosas de la gripe A, no vacilan en hacer una hora de fila para besar a su estatua o cuadro favorito y contarle sus problemas…
Todo eso y mucho mas es la impresion que he obtenido de la sociedad moscovita durante los tres dias que llevamos aqui, hospedados en casa de Derik -todo un ejemplo de generosidad y confianza en la gente para la comunidad de Couchsurfing- , ademas de visitar la Plaza Roja y sus complementos, galerias de arte sovietico y moderno, catedrales, conventos, museos de historia, cementerios de celebridades rusas, mausoleo de Lenin, Kremlin, metro, bares, gente… basta!! Hoy tocaba descansar y compartirlo un poquito con vosotros.
Y ya pronto, cuando podamos librarnos de las garras de esta ciudad que nos atrapa, toca seguir, como siempre hacia el este: Vladimir, Suzdal y Kazan seran las proximas etapas antes de cambiar de continente a finales de semana.