Todavía al sur de Margaret River, Western Australia
-día 542-
Entrevista en diferido que me hizo Pau, bloguero de la página web Yokmok.
La carencia de medios y tiempo causó que no le pudiera enviar las fotos que me pidió para ilustrar la entrevista, le di total libertad para elegir las que prefiriese desde mi Picasa… y esa es la explicación a esa divertida usurpación de personalidad de las últimas fotos (aunque he de reconocer que Dabi tiene mucho más arte a la hora de sumergirse).
(Pincha aquí para ver la entrevista en la página original)
De bloguero a bloguero: Entrevista a Adrián Castellote
Nos encanta empezar fuerte la semana y lo hacemos viajando con nuestra sección de bloguero a bloguero. En esta serie de entrevistas virales, conocemos un poco mejor a los blogueros viajeros más interesantes. El entrevistado de la semana anterior escoge al de la siguiente.
Nuestro bloguero de esta semana está ahora mismo en Australia y lleva mucho, mucho tiempo en ruta. Se trata de Adrián Castellote, autor del blog Enlazador de Mundos. Leedla con atención porque es una delicia.
Hola Adrián. Nos gustaría saber algo más sobre ti, tanto a nivel personal como profesional. ¿Cuándo empezaste a escribir Enlazador de mundos y por qué?
Bueno, pues nací en Zaragoza hace 26 años, y desde pequeño siempre tuve una inquietud casi preocupante por el mundo, podía permanecer horas yo sólo mirando atlas, mapas, fotos de cualquier lugar remoto, mi mayor ilusión era que un día, de mayor, pudiera llegar hasta París, tendría como 6 años… Después me dí cuenta que viajar es siempre más fácil de lo que nos parece, y empecé a hacerlo, sin medios, sin dinero, aprovechando cualquier oportunidad que se me pusiera por delante. Al mismo tiempo estudiaba medicina y, cuando acabé, supe que era el momento para emprender el tipo de viaje que siempre había esperado. Encontré un trabajo como médico de familia en un centro de salud de la Comunidad Valenciana, y tras ahorrar lo que consideré necesario, me puse en ruta.
Enlazador de Mundos vió la luz en julio del 2008, ese verano había recibido una beca para colaborar como voluntario en un hospital de Guatemala, más tarde haría una ruta por la Centroamérica maya. Hasta ese momento, en cada viaje que hacía envíaba emails periódicos a mis amigos, si había suerte, adjuntando alguna foto. Siempre me olvidaba de gente, y otra gente que no estaba tan interesada recibían mi spam puntualmente cada semana. El blog es más práctico, llegas a un público más amplio y es bonito compartir información con otros lectores interesados en ciertos destinos y pueblos.
Llevas desde octubre de 2009 recorriendo el mundo. ¿Cuéntanos qué te llevó a dar el primer paso?
Si hay que ponerle una fecha concreta, creo que el primer paso se remonta a abril del 2006, en aquella época un cúmulo de casualidades me llevaron hasta la Argentina, era mi primer gran viaje en solitario y fui agraciado por la suerte del principiante. Allí conocí muchos y variados trotamundos que vagaban por Latinoamérica, llevando lo mínimo, con un presupuesto muy limitado, sin limite de tiempo y con muchas ganas de vivir el presente, fue un gran cambio. En ese momento estuve a punto de dejarlo todo y quedarme allí… no pude, o no me atreví. Pero regresé con la firme propuesta de hacerlo cuando fuera el momento, al acabar la carrera y tener algo con lo que costeármelo. Y aquí estamos…
Cómo preparaste tu itinerario, ¿qué recursos utilizaste para documentarte sobre el viaje?
Jajaja, no creo que yo sea un buen ejemplo para preparativos. Mi objetivo siempre fue Latinoamérica, y un mes antes de partir decidí llegar a América, pero cruzando Asia primero, continente del que poco o nada conocía. Fue el momento de cumplir varios proyectos que vagaban por mi mente: atravesar el Pirineo a pie por el tristemente histórico Puerto Biello de Bielsa, y cruzar Europa en autostop hasta llegar a las fronteras rusas, donde iniciaría el mítico viaje transiberiano… Después Asia me enamoró, y nunca vi el momento de dejarla atrás.
Llevo siempre un mapa del mundo en la mochila que me regaló una buena amiga, y el itinerario iba cambiando a cada momento a base de mirarlo durante horas. Los recursos más valiosos siempre fueron las informaciones que otros viajeros me iban dando a lo largo del camino, ciertos blogs viajeros y foros de internet, los textos e imágenes que había ido leyendo desde pequeño, y los retos que la imaginación me ponía por delante. La improvisación hizo el resto.
Nos puedes contar algún truco para viajar tanto tiempo, sobre todo a nivel económico.
Aquí entran decisiones muy personales, pienso que cada uno viaja de diferente manera y debemos hacerlo de la forma que nos sintamos a gusto, aunque no negaré que a veces he tenido que hacer esfuerzos para ahorrar unos euros de más… Pero creo que al viajar es importante tanto para ayudar a la economía local como para el propio bolsillo, prescindir de las comodidades diseñadas para el turista y consumir productos locales, comer en los comedores adonde va la gente del lugar, dormir en las casas de huéspedes, viajar en transporte público… Todos los packs, hoteles y restaurantes turísticos se llevan una buena comisión y, aún más importante, al formar “ghettos” entre turistas se pierde el contacto con los habitantes del lugar. Quizá supone una pequeña pérdida en confort, pero me parece una gran ganancia a la hora de conocer más a fondo el lugar que se visita.
Por otra parte, el viaje me ha mostrado lo poco que realmente necesitamos en la vida, especialmente a la hora de viajar. Es un tipo de liberación el comprender que podemos prescindir de la mayoría de las cosas materiales, que todas las necesidades son relativas, que con tener algo que comer y dónde dormir debería ser suficiente en un caso algo extremo… después cada uno busca sus trucos y maneras, aunque también me parece que en ningún caso debería perderse el respeto por la gente local ni abusar de la buena fé de los habitantes.
Nos puedes dar algún consejo para acercarte a la gente local.
Esta es una importante parte del viaje que me costó un tiempo aprender, consecuencias de la timidez, supongo, que me acompañó durante un gran periodo de mi vida. Pero me repito e insisto: utilizar los recursos creados para locales en lugar de para turistas a la hora de comer, dormir y desplazarse; en la mayoría de países la gente muestra una inocente y sana curiosidad por el extranjero, como norma general, tu compañero/a de asiento iniciará cualquier conversación aunque ni siquiera se comparta el idioma, todos quieren conocer como se vive en el país del que provienes y mostrarte su cultura.
Pero aún iré más lejos, el autostop y el proyecto de Couchsurfing me han abierto unas puertas preciosas, en general, cerradas al turismo convencional. Tanto el uno como el otro me han llevado dentro de los vehículos, hogares y de las vidas de la gente en lugares tan diferentes como México o Senegal, por ejemplo. Y puedo afirmar que ambas experiencias han facilitado mucho mis viajes y mejorado mi concepto de la humanidad.
¿Qué lugares del mundo han superado tus expectativas? ¿cuáles te han decepcionado?
Buf, esta pregunta siempre me ha parecido muy complicada. Generalizaré diciendo que todos los países visitados me han aportado algo nuevo y de todos he intentado aprender y obtener experiencias positivas; dicho esto, es evidente que hay destinos que te afectan más que otros.
¿Me tengo que mojar, verdad? Bueno, pienso que Nepal siempre tendrá un lugar privilegiado en mi corazón, muchas, muy intensas y muy diferentes experiencias en muy poco tiempo; Birmania, Senegal e Indonesia fueron también destinos muy especiales…
¿Decepcionado? Me parece un verbo demasiado injusto para lo que alguna vez he podido sentir. Es cierto que la llegada a Australia, viniendo de Indonesia, me produjo tristeza, de ver a todo el mundo encerrado en sus todoterrenos o en sus casas y a nadie paseando por la calle; probablemente China me agotó un poco también, tras tres meses recorriéndola y tantas dificultades para poder entrar en el delicado Tíbet. Si tengo que decir un tercero, Brunei es un lugar curioso y particular, pero considero que dedicarle una semana es demasiado.
En tus viajes ¿Has practicado algún deportes de aventura? ¿Cual ha sido la mayor locura que has hecho y dónde?
No tantos como querría, por motivos económicos principalmente. Hice varios trekkings por encima de los 5.000 metros, y rafting en el Bote Khosi, un barranco de aguas bravas que desciende directamente del Tíbet, ambas actividades en Nepal. Obtuve la licencia de submarinismo en Borneo e hice varias inmersiones preciosas, principalmente en aguas indonesias. Pero hubo muchas otras actividades de las que me tuve que reprimir, son unos de los pequeños esfuerzos de los que hablaba anteriormente.
Locuras ha habido unas cuantas, aunque creo que las más insensatas han ocurrido al lado de mi casa: en el Pirineo aragonés, lugar que amo y añoro. Si no, de viaje, son más bien tonterías fruto de la improvisación y pequeñas travesuras, como dice Jorge Sánchez.
Por ejemplo, en lo que respecta a visados y permisos, si la ocasión lo requiere, no hago del todo caso a las normas; otra buena experiencia fue cuando me interné a pie, varios días y acompañado sólo por una amiga, al corazón de la selva de Taman Negara, en Malasia; también reconozco cierta atracción por los destinos más “calientes” (Birmania, Tíbet, Chiapas…), porque es allí donde puedes aprender verdaderamente qué ocurre y ponerle caras a las cifras…
Y ahora ando detrás de una aventurilla, que si al final me sale bien, puede prometer buenas experiencias también.
¿Cual de los viajes de aventura de YokmoK harías y por qué?
La montaña es mi debilidad, sinceramente, me pones unos montes delante y soy feliz. Por otra parte, todavía no conozco el Ártico, así que supongo que cualquiera de vuestros viajes a Escandinavia o Islandia serían de los más tentadores.
Y por último, ¿qué bloguero nos recomiendas para la próxima entrevista? ¿Cuáles son tus razones?
He estado siguiendo unos cuantos muy buenos a lo largo del viaje, todo lo que las telecomunicaciones me han permitido. Muchos tomaron ya el camino de vuelta, otros todavía siguen en el camino… Pero si de nuevo me hacéis elegir, os recomendaría Vivencias de una nómada, de mi amiga Fátima Tolosa, con la que compartí los primeros meses de esta aventura y con la que seguro compartiré nuevos viajes en un futuro no muy lejano. Sus relatos y sus fotografías bien merecen una larga visita, tal y como apreciaréis.