Archive for julio 2008

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Noción de patria

23 julio 2008

¿Qué es aquello que nos impulsa a viajar, a desprendernos de nuestra familiar existencia, a cambiar todo aquello que hemos ido creando y manteniendo por la incertidumbre y lo desconocido?

¿Sed de aventuras, quizás? ¿búsqueda de respuestas? (aunque habitualmente solo encontremos muchas y nuevas preguntas), ¿fuga de la insoportable rutina o de una realidad que nos desagrada o nos impide expresarnos?…

Cada uno tenemos nuestros argumentos y somos más o menos conscientes de ellos, y aunque la mayoría de los viajes no tengan razones tan duras como el exilio de Benedetti, todos tenemos en común el eterno dilema del corazón viajero: que no encontrará nunca su lugar; solo pensará en recónditos lugares cuando se sienta bajo la seguridad del hogar, y cuando esté libre, cuando sacie sus ansias de conocer, de aprender, de vivir; no podrá despojarse del anhelo de pertenencia, de los recuerdos que atacan sin avisar, de su noción de patria…

Cuando resido en este país que no sueña
cuando vivo en esta ciudad sin párpados
donde sin embargo mi mujer me entiende
y ha quedado mi infancia y envejecen mis padres
y llamo a mis amigos de vereda a vereda
y puedo ver los árboles desde mi ventana
olvidados y torpes a las tres de la tarde
siento que algo me cerca y me oprime
como si una sombra espesa y decisiva
descendiera sobre mí y sobre nosotros
para encubrir a ese alguien que siempre afloja
el viejo detonador de la esperanza.

Cuando vivo en esta ciudad sin lágrimas
que se ha vuelto egoísta de puro generosa
que ha perdido su ánimo sin haberlo gastado
pienso que al fin ha llegado el momento
de decir adiós a algunas presunciones
de alejarse tal vez y hablar otros idiomas
donde la indiferencia sea una palabra obscena.

Confieso que otras veces me he escapado.
Diré ante todo que me asomé al Arno
que hallé en las librerías de Charing Cross
cierto Byron firmado por el vicario Bull
en una navidad de hace setenta años.
Desfilé entre los borrachos de Bowery
y entre los Brueghel de la Pinacoteca
comprobé cómo puede trastornarse
el equipo sonoro del Chateau de Langeais
explicando medallas e incensarios
cuando en verdad había sólo armaduras.

Sudé en Dakar por solidaridad
vi turbas galopando hasta la Mona Lisa
y huyendo sin mirar a Botticelli
vi curas madrileños abordando a rameras
y en casa de Rembrandt turistas de Dallas
que preguntaban por el comedor
suecos amontonados en dos metros de sol
y en Copenhague la embajada rusa
y la embajada norteamericana
separadas por un lindo cementerio.

Vi el cadáver de Lídice cubierto por la nieve
y el carnaval de Río cubierto por la samba
y en Tuskegee el rabioso optimismo de los negros
probé en Santiago el caldillo de congrio
y recibí el Año Nuevo en Times Square
sacándome cornetas del oído.

Vi a Ingrid Bergman correr por la Rue Blanche
y salvando las obvias diferencias
vi a Adenauer entre débiles aplausos vieneses
vi a Kruschev saliendo de Pennsylvania Station
y salvando otra vez las diferencias
vi un toro de pacífico abolengo
que no quería matar a su torero.
Vi a Henry Miller lejos de sus trópicos
con una insolación mediterránea
y me saqué una foto en casa de Jan Neruda
dormí escuchando a Wagner en Florencia
y oyendo a un suizo entre Ginebra y Tarascón
vi a gordas y humildes artesanas de Pomaire
y a tres monjitas jóvenes en el Carnegie Hall
marcando el jazz con negros zapatones
vi a las mujeres más lindas del planeta
caminando sin mí por la Vía Nazionale.

Miré
admiré
traté de comprender
creo que en buena parte he comprendido
y es estupendo
todo es estupendo
sólo allá lejos puede uno saberlo
y es una linda vacación
es un rapto de imágenes
es un alegre diccionario
es una fácil recorrida
es un alivio.

Pero ahora no me quedan más excusas
porque se vuelve aquí
siempre se vuelve.
La nostalgia se escurre de los libros
se introduce debajo de la piel
y esta ciudad sin párpados
este país que nunca sueña
de pronto se convierte en el único sitio
donde el aire es mi aire
y la culpa es mi culpa
y en mi cama hay un pozo que es mi pozo
y cuando extiendo el brazo estoy seguro
de la pared que toco o del vacío
y cuando miro el cielo
veo acá mis nubes y allí mi Cruz del Sur
mi alrededor son los ojos de todos
y no me siento al margen
ahora ya sé que no me siento al margen.

Quizá mi única noción de patria
sea esta urgencia de decir Nosotros
quizá mi única noción de patria
sea este regreso al propio desconcierto.

(Mario Benedetti)

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Guatemala, café y comercio justo

21 julio 2008
En Guatemala el café es mucho más que una bebida. para muchos, es un sustento. También resulta una buena analogía de la historia y la sociedad del país.
La mayoría de las fincas (plantaciones) del país son latifundios, muchos transmitidos de una generación a otra desde que los españoles llegaron y se apropiaron de la tierra. Otras han sido «donadas» por el Gobierno, a menudo a ex-militares por los «servicios prestados».
Las condiciones salariales y de empleo en las fincas son lamentables. Durante la cosecha se contrata a agricultores de subsistencia de la zona para que vivan en la finca en toscos edificios cuartelarios. A los trabajadores se les paga por el peso del grano que hayan recogido, de modo que a menudo se ven familias enteras en los campos, niños pequeños incluidos.
El salario mínimo (unos 100 dólares al mes para los empleados rurales) no es un concepto relevante en estas tierras. El inestable mercado mundial del café significa que los propietarios de las plantaciones a veces se hacen ricos, mientras que sus trabajadores apenas subsisten.
Un pequeño grupo de propietarios y trabajadores han inventado un modelo alternativo. Trabajando como una cooperativa, rechazan el modelo explotador y comercializan su producto como café de comercio justo.
Para que un producto se clasifique como de comercio justo debe estar certificado por la Fair Trade Labeling Organization (www.fairtrade.net). Los principales requisitos para obtener la certificación son que el productor:
 
-Respete los derechos humanos de los trabajadores.
-Conceda salarios y condiciones iguales a hombres y mujeres.
-No emplee mano de obra infantil.
-Contribuya al desarrollo de la comunidad.
 
En Guatemala hay unas 24 comunidades que producen café de comercio justo. Casi toda la producción se exporta y una proporción importante se obtiene mediante agricultura biológica, es decir, empleando herbicidas y pesticidas naturales elaborados a partir de plantas.
 
Para más información sobre el comercio justo de café, CONSÚLTESE www.cafeconciencia.org.
Es una página en inglés pero merece la pena visitarla y hacer el esfuerzo para hacerse una idea de nuevas alternativas de comercio y nuevas iniciativas que florecen por acá.
 
(Este texto no es mío, lo encontré por aquí, pero me ha parecido interesante compartirlo con vosotros)
Un abrazo a todos, para el recreo de la vista adjunto unas fotos de unas plantaciones de café sobre el lago de Atitlán y del propio lago. Próximamente más noticias,
Adrián
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Nociones de Guatemala

21 julio 2008

(Antigua, 4 de julio ’08 )

Por fin, tras casi dos semanas de viaje, parece que he encontrado el tiempo y las palabras precisas para intentar compartir con vosotros esta nueva experiencia. Y si no, quiero pensar de todas formas que sí es ese momento y no puedo seguirlo aplazando, aunque me cueste enormemente transcribir en palabras todos estos pensamientos, emociones, paisajes y sonrisas.

LLueve en La Antigua, como todos los días, y los volcanes del altiplano que me rodean cubiertos de bosques y selvas tropicales me recuerdan a diario que me encuentro muy lejos de casa. A mi lado, una señora tzutuhil les habla a sus hijos en su lengua indígena, y al escucharla y verla con su traje y complementos, orgullosa de su cultura, hace que me sienta privilegiado de pder mirar por esta ventana al pasado que son ciertos rincones de Guatemala y sentir en ese momento que esto no ha sucedido, que los desastres y consecuencias de la colonización solo han sido un mal sueño… Pero hoy es 4 de julio, y hordas de gringos borrachos, también orgullosos de su cultura, salen a ocupar las calles de La Antigua, a romper con sus gritos y petardos el sosiego de la noche, a devolverme bruscamente a la realidad.

Pero voy a ir por orden: hace tan solo dos semanas todavía estaba preparando una mochila hacia un paradero que no era capaz ni siquiera de imaginar, por mucho que hubiera leído sobre él. Dos semanas! y la extraña percepción tan subjetiva del tiempo refleja en mi mente un recuerdo lejano y confuso. Hubo alguna gente que estuvo junto a mí en esos curiosos momentos de proyección de sueños plasmados en una mochila, donde el tiempo suele jugar a ser tu enemigo. Siempre tienen un «algo» de especial esos momentos y esas despedidas. Pero a la gran mayoría, por diversas circunstancias no os pude decir ni siquiera «hasta pronto», y lo siento. Todos vosotros, en un momento o en otro, estáis a veces en Guatemala.
Así, tras una breve escala en Madrid disfrutando la hospitalidad y la predisposición de Esther, las conversaciones y los paseos; y otro fugaz encuentro con David en Barajas, tras un fuerte abrazo, cada uno seguimos nuestra ruta. Ellos: África. Yo: América.

Una amiga me dijo que Nueva York será la ciudad que tú quieras que sea, y no podría encontrar una definición más acertada, me vienen a la mente palabras de Sinatra y Benedetti, aunque parezca mentira, dedicadas a la misma ciudad. Creo que los tres días que pasamos sirvieron para hacernos una idea del potencial de esa ciudad, y también de cómo se usa: paseamos por las calles de Wall Street y de Harlem, entre los corredores de Central Park y los turistas de todo el mundo que mirábamos de lejos la Estatua de la Libertad, por escenarios de cientos de películas (West Side Av, Tiffanny’s, 42th St., puente de Brooklyn, Chinatown…) todo allí ya lo habíamos visto antes; pero no que en la tienda Disney vendieran a Mickey, Donald, Pluto, etc con el uniforme de marine y armados con fusiles por delante y la bandera estadounidense por detrás… todo un modelo educativo. Comimos un perrito y un pretzel por la Fifth Av, mientras salíamos del Metropolitan Museum y entrábamos en la Biblioteca Nacional; y cerramos la tarde comiéndole la oreja al señor de la taquilla para que nos dejara pasar a ver «Chicago» en un teatro de Broadway por un precio muy inferior al habitual. Y de pie en un rincón, vimos «Chicago». De camino a Times Square, muchas y variadas tiendas ofrecían cientos de extraños productos tan apetecibles como inalcanzables para nosotros (libros y partituras de Michael Nyman, Piazzola, todos los músicos y escritores que uno pudiera imaginar…) Y es que la cultura en esta ciudad se paga cara… ¡Cooooooorten! Cambio de escenario! Con un avión por claqueta y una escala en Miami, aterrizamos en Guatemala hace ya más de una semana.

1- New York

LLegamos a La Antigua, histórica capital colonial mesoamericana, custodiada por volcanes, asolada por diversas erupciones y terremotos a lo largo de la historia que la relegaron de su privilegiada posición, a una pequeña ciudad turística satélite de ciudad de Guatemala. Por  sus calles empedradas se sigue sintiendo y respirando la mantenida cultura maya, diversas etnias que se han mantenido hasta nuestros días conservando sus trajes, sus lenguas, su estética, su tradición, su modelo familiar… pero con nuevos dioses.
De camino al hospital podemos observar a diario estos modelos de vida, tan diferentes de los nuestros, aunque en muchas ocasiones también viven haciendo un esfuerzo por intentar penetrar al sistema, a un sistema que amenaza con intercambiarles su historia y su cultura, sus trajes típicos por roídas camisetas de fútbol, sus tortillas de maíz con frijoles y aguacate, por plásticos y latas de conserva, y quizás, su modelo familiar y valores machistas, por unas nuevas normas sociales de igualdad y respeto.
El hospital de Antigua… pese a todo, un oasis sanitario en medio de un caótico y decadente sistema de salud nacional, donde los niños de 5 a 14 años no tienen derecho a ninguna cobertura médica por no cotizar a la SS, donde te cobran a precio de oro la sangre que tú mismo has donado, cuando quedan reservas… Aquí, los estudiantes de medicina ejercemos la labor propia de los médicos por carencia de medios y otras situaciones más complejas, ellos no tienen vacaciones durante toda la carrera, cada 4 días les toca hacer guardia y lejos de descansar al día siguiente, tienen clases y exámenes; y nosotros nos hemos introducido ya en esta dinámica de aprendizaje y trabajo. En mi primera guardia, además de derivar pacientes y actuar casi con total independencia, me tocó asistir prácticamente solo con previas explicaciones a mi primer parto, afortunadamente multípara y no tuve que hacerle episio, José Orlando se llamó el bebé… Afortunadamente digo, aquí todas las mujeres son multíparas por más esfuerzos que hagan los sanitarios por evitar que las mujeres vengan a dar a luz a su 6º, 7º, 8º hijo… el récord está en 14. Otras nociones para futuros médicos que vengan en prácticas es que los peritoneos se rasgan estirando con las manos, nada de perder el tiempo con tijeras, bisturís y demás tonterías, los tubos para hemogramas se abren y colocan sobre las sábanas mientras se pincha, y luego se rellenan gota a gota, o a chorro salpicando, tú eliges; el ibuprofeno es un fármaco de lujo y los pacientes psiquiátricos… pacientes psiquiátricos?? solo son locos. Por dar algunos ejemplos.
Otras cosas que llaman la atención acá es que se hagan bromas los unos a los otros porque han atacado el autobús en el que venían por la mañana y les han quitado algunas pertenencias con una pistola en la cabeza, pero luego se escandalizan cuando alguien dice «culo»; «porfavorsito mamita» es algo corriente y habitual en el lenguaje sin embargo, como comer arroz,frijoles y tortillas de maíz para desayunar, almorzar y cenar. Y no es conveniente hacer mucho caso al periódico si uno no quiere salir corriendo del país, porque la escalada de violencia, principalmente en la capital, se está haciendo insostenible, y ciertas acciones que consideramos normales como pasear o tomar un autobús en ciertos lugares están más consideradas como actos suicidas que ociosos…
El finde pasado no tuvimos guardia y aprovechamos para empezar a hacer algo de turismo por el país, el primer destino fue el lago de Atitlán, un lago paradisíaco, restos de un antiguo cráter lleno de agua a 1600 metros de altura, con varios pueblecitos de costa y enormes volcanes entre ellos, pudimos subir uno, el San Pedro, de más de 3.000 metros, e integrarnos en las fiestas de uno de los pueblos donde muchos habitantes no conocían el castellano…

Bueno, creo que por hoy ya vale, me alegro de haber compartido con vosotros estas nociones guatemaltecas y espero haberos podido sumergir un poquito en la vida de acá. Espero enviar correos de vez en cuando, y a ver si los próximos pueden ir ilustrados con algunas fotos. Y sobre todo espero que hagáis lo mismo, y compartáis conmigo vuestras experiencias, allá donde estéis, o hagáis lo que hagáis. Se os echa de menos. Un abrazo enorme.

2- Guatemala